En todos los dramas médicos la escena es la misma: el
cirujano coloca cuidadosamente el delicado órgano en una hielera y cierra de
golpe la tapa. El equipo de trasplantes corre hacia la puerta, con la esperanza
de llegar a tiempo con su paciente.
Esa velocidad no es solo para lograr un efecto dramático.
Los equipos de trasplantes se apresuran porque tienen menos de ocho horas para
transportar el órgano a la sala de operaciones, prepararlo para la cirugía e
implantarlo en el cuerpo del paciente.
“Si pasa más tiempo, hay una lesión significativa en el
órgano que lo hace inutilizable”, dijo el médico Abbas Ardehali, director del
programa de trasplantes de corazón y pulmones de la Universidad de California
(UCLA), en Estados Unidos.
Colocar órganos saludables en el mismo contenedor que
utilizamos para mantener frías las cervezas parece arcaico. Pero hasta hace
poco, era la única opción que los hospitales tenían.
Eso cambió con el sistema en el que se pone el corazón en
una “caja”.
En 2006, un equipo de cirujanos en Europa trasplantó el
primer corazón que utilizaba el Sistema de Cuidado de Órganos TransMedics, un
dispositivo portátil que mantiene al corazón “vivo” (latiendo, con sangre y
oxígeno que fluyen a través de él) durante su transporte. En 2011, los médicos
comenzaron a usar un dispositivo similar para trasplantar pulmones
exitosamente.
El sistema fue aprobado para su uso en Europa y más de 200
trasplantes de órganos vivos han sido completados hasta ahora. Pero en Estados
Unidos todavía se realizan pruebas clínicas.
Aproximadamente el 60% de los pacientes que reciben un
pulmón muere en los primeros cinco años después de la cirugía debido a las
complicaciones, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. Los
científicos esperan cambiar esa estadística con esta nueva tecnología.
Hay tres beneficios potenciales de mantener “vivos” a los
órganos del donante, dijo Ardehali, investigador principal de la UCLA para uno
de los estudios.
El primero es obvio: los órganos que se mantienen calientes
y funcionando en lugar de ser colocados en hielo tienen menos daños, así que el
cuerpo del paciente que los recibe no tiene que trabajar tan duro para
aceptarlos, dijo Ardehali. Eso puede mejorar la calidad y esperanza de vida.
Los médicos miden la “disfunción primaria del injerto” de
los pulmones trasplantados durante los días siguientes a la cirugía, dijo Neal
Beswick, vicepresidente de marketing en TransMedics. Es básicamente un
indicador de cuán bien funcionan los nuevos pulmones.
Según estudios anteriores, los pacientes con altos niveles
de disfunción de injertos en las primeras 48 horas tienen un mayor riesgo de
rechazo del órgano y mortalidad temprana con el paso del tiempo, dijo Beswick.
Los resultados preliminares de los estudios de trasplantes
de pulmón en Estados Unidos sugieren que este nuevo método reduce
significativamente la disfunción primaria de injertos. Los pacientes que se
sometieron a trasplantes de órganos vivos en el estudio también pasaron menos
tiempo con un ventilador mecánico, menos tiempo en la unidad de cuidados
intensivos y tuvieron menos complicaciones relacionadas con los pulmones.
El sistema portátil de trasplantes también permite conservar
los órganos fuera del cuerpo durante mucho más tiempo, lo que le da a los
hospitales la oportunidad de utilizarlos en una región geográfica más grande.
Beswick dijo que les gustaría triplicar los trasplantes de
pulmones. “Y creemos que podríamos duplicar el número de trasplantes de corazón
sin aumentar el número de donantes de órganos, agregó.
En los límites de la
ciencia ficción
Eventualmente, los científicos podrían mejorar los órganos
de donantes que de otra forma serían descartados, dijo Ardehali.
Actualmente, entre un 75% y un 80% de los pulmones de los
donantes son rechazados porque tienen infecciones o demasiados daños, dijo. Si
los médicos pueden mantener vivos fuera del cuerpo a los pulmones (u otros
órganos) durante varios días, podrían eliminar cualquier infección con
antibióticos o mejorar la recuperación de los órganos.
Es una especie de ciencia ficción en este momento, pero en
el futuro se podría utilizar el dispositivo TransMedics para combatir las
enfermedades crónicas, dijo Beswick. Por ejemplo, los médicos podrían sacar los
pulmones de un paciente con cáncer en etapa IV, atacar a los órganos con
radiación fuera del cuerpo, recolocar los mismos pulmones ya sin cáncer en el
paciente unos días después y con ello eliminarían la necesidad de pulmones de
donantes.
“Muchas cosas se vuelven reales si el órgano puede
conservarse durante un largo periodo”, dijo Beswick.
Los hospitales pagan aproximadamente 58,000 dólares por cada
unidad del Sistema de Cuidado de Órganos TransMedics. Aunque el hardware puede
reutilizarse, la cámara de órganos debe ser desechada después de cada
trasplante, dijo Beswick. “Es un costo relativamente alto por cada paciente”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario